miércoles, 25 de agosto de 2021

Vete de mi 


Mi alma atormentada parece descansar en los lamentos que externan hacia mí por verme tan lejana y maravillosa (estupidez). No es que lo compensen o que haya en ello algo de verdad, pero vaya que hay alivio en saber qué no soy la única que sufre por no tenerme ni saberme. Yo tan lejana de mi misma y ellos tan carentes incluso de la sombra que proyecta mi ser tan degradado. Soy aquel oasis que se reduce a un espejismo del sediento perdido y que no puede volver atrás. Lo que ves no es más que humo cambiante según la estación del año, sus colores, sus olores, su sabor y su química arrítmica y trastocada por la obscuridad, un acercamiento fugaz y probablemente falso que raya en una broma de mal gusto que ni gracia da. Lo único verdadero en mí son mis miedos, mi melancolía y mi decadencia que hartan la vista de un pájaro atrapado en su jaula familiar. Soy la  que soy, pero ese ser se ha cansado de ser, de estar atrapado en una ilusión que llamamos tiempo... sin ganas de seguir permaneciendo en un lugar más carente de sentido que mi yoidad. Así que es todo. Silencio.

domingo, 10 de febrero de 2019

DESPEDIDAS

Me he vuelto adicta a los finales. Por supuesto esto genera un cierto gusto a la melancolía. Pero el recuperarse a uno mismo es lo único que vale la pena: dejarse ir para encontrarse de nuevo. La rueda inevitable del ser y la nada. Las compañías nunca se igualan. Uno nunca regresa completo: das a cambio de nada. Uno aprende que no tiene que descalabrarse cada vez que se avienta, por supuesto que tarde o temprano te alcanza el golpe, pero ahora aprendes a disfrutar o por lo menos a no padecer tanto la caída: aprendes a flotar.
Las miradas cruzadas jamás se tocarán, los corazones solitarios siempre se quedarán, y las palabras absortas en sus múltiples interpretaciones nos lastimarán con su infinito vacío: nunca dejamos de estar solos y nunca nada tuvo sentido.
El tiempo aparenta haber sido desperdiciado, las respiraciones se vuelven más frías y débiles, pero la estúpida sonrisa sigue ahí creyendo que todo mejorará y que el final nunca nos alcanzará.
Todo en vano.
Y todo tan lleno de placer. Recuperas la vista, la emoción en el pecho, las ganas de embriagarte. La luz de nuevo te toca, la obscuridad te inunda y vuelves a flotar otra vez. Tan triste pero tan llena. Tan vacía pero tan feliz.
Nuevamente: gracias y adiós.

jueves, 17 de enero de 2019

AGAIN

No sé si con los años se ha aprendido algo, al contrario, ser una sombra es desaprender: estas siempre se mantienen al ras del suelo y así nuca se puede aprender a volar.
Tal vez sea el momento de regresar a lo que se intentó destruir desde la construcción de una moral imponente: la magia. A pesar de haber estado recostada al lado del río pensando que éste algún día me llevaría con su corriente, no sólo no han mejorado las cosas, sino que han ardido en el hielo antártico de la verdad. Todo sigue estando mal: las interpretaciones, los secretos guardados en lo más profundo del ser, la inmediatez del amor inexistente… todos estos años sin magia y no hemos aprendido nada. Miradas bajas, cuerpos blandengues, salud mental reencontrada… todo se deduce de malas resoluciones y decisiones.

Como Sol he de decir que quien ve dentro de ti queda ciego, sólo los necios se mantienen al lado, con lentes de sol y falsas esperanzas. Parece que el Sol sólo lastima a los humanos. Y los árboles tan necesitados de él han decidido comprar pies y marcharse… tal vez tampoco lo soportan. La verdadera cuestión es: ¿él se soporta a sí mismo? Suponemos que no le queda de otra. A la distancia le queda la lluvia, la luna, y algún pájaro que cree que es feliz con sus rayos. Pero todo sigue igual: distancias inmensas de obscuridad, el abismo jamás desaparece y el tiempo sólo puede avanzar.
Es así como el círculo vicioso jamás se rompe. Es así como nos dedicamos a perder el tiempo sin aprender absolutamente nada nuevo. Repeticiones incesantes es lo que siempre nos queda. Tenemos las manos llenas y decidimos mirar hacia atrás... nunca nada nuevo.

jueves, 28 de enero de 2016

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Me he enamorado de un Apolo y un Dionisio a contratiempos paralelos. El uno devino olvido, río Leteo silencioso que nunca puedes olvidar; fanático de la soledad, con sed de conocimiento universal. El otro, tan lejano de la cordura y tan cercano al corazón, vago embriagador, amante de los hombres y ajeno a la razón; místico universal que te penetra como olas de mar. Si he sido correspondida o no es lo de menos, porque ahora resalta a la mente la pregunta fundamental: ¿Quién eres? Pocos se atreverán a responder y muchos dejarán de preguntar, pero cuando las ondas atraviesen las montañas y tus ojos se alineen con la novedad, entonces no podrás parar. Si lo he tenido todo y hasta ahora me he quedado con nada… ¿Quién soy yo? ¿Mnemosine? ¿Una pitonisa más? No he de beber de aquel conocimiento terrenal. El universo no puede hablar. ¿Parar? ¿Amar? ¿Resonar? Callar.

martes, 31 de marzo de 2015

A LA DIOSA ARIADNA (CONTESTACIÓN)


Había mucha gente, la música sonaba para adentrarnos a la obscuridad común, a la de los adolescentes. Ella decidió jugar. Tenía un arma y le pareció gracioso empezar a  matar… como si pudiese ser una diosa, pero eso la hacía más animal, o peor aún, tan sólo un humano, porque son los únicos que matan por matar. Pretendía elegir alguien al azar, pero era más predeterminado que cualquier cosa: la muerte así es. Miraba a alguien a los ojos. La música se apoderaba de ella y se volvía bestial, entonces todos se agachaban salvo la persona con la que iba a terminar… El disparo era incapaz de fallar, así que lo hacía rápido y sin titubear. ¿A quién le importaría una muerte más? Cuando eso pasa, todos nos volvemos números, una cifra más. Pensó que podía hacer lo mismo conmigo, pero quien mata está dispuesto a ser matado. Entonces me apuntó y disparó, pero yo sólo me moví un poco con una falsa sonrisa. Entonces me tocó a mi, la única oportunidad de defensa. Sabía que no tenía que hacer nada. Una bala tenía su nombre y yo no tenía que disparar. Apareció él, su disparo. No pudo escapar. No lo pudo dejar. Se volvió a enamorar.

lunes, 25 de agosto de 2014

INSPIRACIÓN MUSICAL


Nos tocó ser los que esperamos.
Por desgracia, o no, me tocó ser la imprudente que no puede cegarse ante el sufrimiento del amante, la que balbucea porque no entiende algo de sí (o tal vez demasiado de sí) ni del otro, la que espera la luz verde de su amado; aquella que tiene que creer que flota para no sentir el vértigo del caer, la que pareciese tener que amarrarse a algo por miedo a vivir (tal vez sí sea así, yo no lo sé). A veces todo eso se olvida con facilidad (de ahí que sea imprudente) y sus esfuerzos tan arduos son abolidos por la insensatez.
Te tocó ser el prudente, el amante que tiene la disposición de entender lo complejo de las relaciones, el ser hermoso que tiene la suficiente capacidad para amar, el músico que enloqueció y que tuvo que olvidarse de sí para estar aquí (del "usted está aquí" en cuanto al conjunto convencional predeterminado), por no mencionar el grado de su comprensión que es digno de elogiar… (que conste que ese no tienes que ser tu, sino meramente la interpretación mía de ti).
¿Acaso ella aprovecha esa prudencia de él, aquella falta de lo que parece ser su único propósito en la vida?
¿Acaso es su imprudencia la que afectará esa prudencia, la que lo hará enloquecer para que pueda volver a ser él?
Quizás las cosas sean más simples, quizás ella es demasiado mensa (resultado de pensar las cosas tanto, una y otra vez) como para darse cuenta que es la mejor relación de pareja que podría tener en toda su jodida vida rota; quizás ella prefiera la nulidad de las cosas para buscar algo más allá de la tranquilidad de las aguas, buscar el viento que enloquezca su cabello al oler la fescura del sol, buscar que en ella nazca esa locura tan específica y peculiar que ama compartir con el otro.
¿Por qué ella podría preferir esa locura que en unos segundos puede pasar a dañina? Eso aún no es descubierto por los planetas, pero si se queda parada, inmóvil, estacionada, jamás lo descubrirá. Puede añorar todo lo que quiera, puede intentar reducir esa añoranza, pero su costo es muy alto, es la destrucción de otro ser.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Fugaz


Me gusta cuando las lágrimas caen como lluvia, con ese chicoteo tan característico de las fuentes de bambú. Me fascnina que se deje de saber por qué se llora: ¿Felicidad?  ¿Tristeza? Realmente no importa, importa ese sonido tranquilizador, la sencillez con que las gotas pasan haciendo ríos en las mejillas. Y a lo lejos el pájaro azul canta, aunque esté a obscuras, en la noche decadente, encarcelado en su lugar solitario, en los labios que creen habitar verdad, en los ojos que prometen y que nada hacen… Puro decir y maldecir. Pura sobriedad ebria y sombras iluminadas por luces artificiales que terminan siendo igual de inconclusas que tus promesas.
Si he de quedarme con mi agua derramada en las pupilas (vivas y felices), que no se me crea incapaz de permanecer flotando en la nada, que siempre se alce el vuelo por el amor, que el crecimiento de mis ramas jamás se detenga y que las alas me empiecen a nacer. Porque yo no necesito creer en sus cuentos de hadas, porque la vida me gusta como es, aunque me duela, aunque me enseñe en la crisis y en la tragedia, aunque a veces sienta que no pueda…